El Cambio Depende de Mi

Auto Transformación

Auto Transformación

¿Desea usted que su vida mejore y por más que intente y le ore a Dios, su vida continúa en las mismas?

¿Alguna vez ha pensado que la condición que usted tiene no cambiará hasta que Dios desee? Hay muchas personas que piensan de esta manera. Sin embargo, he podido darme cuenta de que el cambio que estamos buscando depende en muchas ocasiones de nosotros mismos.

Hace años conocí a una mujer que tenía muchos problemas de salud y de una forma muy sutil culpaba Dios por ello. Cada vez que me encontraba con ella y le preguntaba cómo estaba, su respuesta era la misma:   “Aquí, como Dios quiere.”

Su manera de contestar me daba que pensar. Parecía que Dios era injusto siendo el responsable de que esa mujer viviera en aquellas condiciones. Si Dios es amor, ¿cómo era posible que una persona pudiera ser víctima de un “dios” que mantuviera a alguien viviendo en el sufrimiento?

El amor es una energía creadora y sanadora. Los científicos han comprobado que a las personas que han estado sometidas bajo gran estrés, les baja el sistema inmunológico y están más expuestas a enfermarse. En el estrés hay preocupación, miedo, ira desconsuelo, etc. Estas energías son opuestas a la satisfacción, la alegría, la confianza, la esperanza, que componen al amor.

La insatisfacción, por ejemplo produce un sin número de malestares, desde un simple dolor en alguna parte del cuerpo hasta enfermedades incurables. Aquella mujer no estaba satisfecha con su vida y manifestaba su descontento haciendo comentarios de críticas, emitiendo juicios, o que pusiesen en tela de juicio la reputación de otros. Puede que aquella señora no tuviera la intención de hacer daño, pero su actitud, lejos de solucionar problemas y tratar de que los errores que pudiera ver en otros pudiesen ser enmendados, creaba división y destrucción de relaciones.

El amor no discrimina ni hace acepción de personas. Aunque pensemos que no nos aman, alguien nos ama. El Espíritu  Santo nos ama. La prueba de esto es que estamos vivos. Cada célula en nosotros vibra porque obedece a la manifestación de una energía poderosa que permitió una unión y de la cual surgió un ser. El hecho de estar vivos nos confiere el potencial creador que hay en nosotros. De una forma u otra tenemos la capacidad de poder engendrar, procrear, concebir, imaginar, fundar algo en nuestra vida, etc.  Si hay algo que no funcione bien, estamos equipados para mejorarlo, lo que tenemos que hacer es adquirir el conocimiento necesario para lograrlo. En cada uno de nosotros está la chispa del amor creador porque todos tenemos la capacidad de amar. Lo que pasa es que si no sentimos que somos amados, nos enojamos al sentirnos rechazados o no aceptados. Esto nos causa sufrimiento. Hay muchas personas que no son conscientes de lo que les sucede y exteriorizan lo que tienen por dentro con ira, envidia, engaños, abuso verbal, emocional o físico  y lo que crean es un monstruo. Si no tomamos conciencia y nos dejamos llevar por el enojo oculto, se levanta una barrera entre nosotros y el amor y continuaremos arrastrando males y situaciones desagradables en nuestras vidas. Es necesario derrumbar esos muros con la ayuda del amor hacia uno mismo, la compasión y la confianza.  Tenemos que amamos primero para poder amar. El amor por uno mismo no significa creerse mejor que los demás. Amarnos significa aceptarnos tal y como somos, tener confianza en nosotros mismos sabiendo que somos creadores y podemos lograr grandes cosas. Cuando nos amamos, nos cuidamos, nos respetamos, tratamos de protegernos física, mental y emocionalmente. De la misma forma que nos amemos, entonces seremos capaces de amar a los demás.

Aquella pobre mujer no se amaba y usaba la palabra para divulgar lo que en su modo de ver era una realidad, pero se equivocaba. Al difamar, derramaba veneno. Cuando participamos en habladurías, chismes o difamaciones, estamos pisoteando y dañando la reputación de alguien. El resultado es que se corte el fluir del amor y se manifiesten energías densas de baja vibración que van dirigidas a la persona en cuestión, como una maldición hacia esa persona. Alguien que sea sensible se va a dar cuenta de esos embates y los va a sentir. Aquel que no tenga tanta sensibilidad no se dará cuenta pero recibirá su manifestación igualmente en forma de malestar, decaimiento, falta de enfoque, etc. Pero eso no es todo, la maldición regresa al punto de partida. Quien se place en el chisme o simplemente no pone freno en divulgar información confidencial de otros y con frecuencia distorsionada, impide que la luz de Dios que hay en sí mismo se manifieste en forma de compasión para que la relación pueda ser sanada, lo que a su vez le impide recibir de vuelta las chispas de luz del amor de Dios que también están en aquel a quien le ha estado arrancando la tira del pellejo. Lo que recibe a cambio es el rebote de la misma vibración que creó con anterioridad. En otras palabras mas sencillas, es como sembrar una semilla. Lo que se siembre se recoge por ley natural.

No en balde aquella mujer estaba tan enferma. Si la infeliz hubiera sabido y entendido este principio, no hubiera hecho responsable a Dios de lo que le correspondía a ella resolver. Si hubiera decidido cambiar su actitud ante la vida, de seguro hubiera vivido sus últimos dias con regocijo, porque sus circunstancias hubieran cambiado.

Reflexión

¿Respeto a cada ser humano como a mi mismo(a)?

Si hago un comentario de alguien, ¿lo hago con el propósito de lograr que haya una transformación favorable en la persona en cuestión?

Si es así, ¿a quién le estoy haciendo el comentario, a alguien que está capacitado en aconsejar?

¿Es esa la persona indicada que puede ayudar a que se produzcan los cambios a favor del bien de todos?

Si la respuesta es NO, entonces mejor refreno mi deseo de comentar con terceros, lo que me mortifica de alguien. En su lugar, lo más sabio sería guardar silencio. Si no tenemos nada positivo que decir de alguien, lo mejor es no dar opiniones. Pongamos en oración los conflictos y si estamos abiertos a entender y dispuestos a aprender y a ser pacientes, nos llegará la respuesta sobre como solucionarlos.

Si quiero que mi estado de ánimo sea mejor cada dia, que mis circunstancias cambien e influir positivamente en los demás, necesito entender que “El cambio depende de mi.”

 

 

 

 

El camello que llora

El camello que llora

Camellito llora

Le doy mis mas profundas gracias a todos aquellos lectores que continúan leyendo mis artículos. Como he estado involucrada en otras labores, no había podido dedicarle mas tiempo a este sitio y no había revisado los mensajes. Hace poco me di cuenta de que hay personas que se han beneficiado con mis artículos y han logrado perdonar. Eso me llena de tanta satisfacción y me da tanta alegría que me inspira a continuar escribiendo y compartiendo. Un abrazo a todos, aunque no les conozca y no les llegue en persona, mi corazón se los envía.

Este artículo está dedicado a Andrea y a todas aquellas personas que quisieran ver a sus familias reunificadas, libres de rencores justificados o injustificados, malos entendidos, que han conducido al rechazo entre aquellos que se aman. Andrea es una mujer muy compasiva y bastante valiente que busca la paz entre seres queridos que están enemistados entre si, algo que muchas veces resulta muy difícil lograr. Muchas bendiciones para ella y que logre los deseos de su corazón.

Hoy precisamente llegó a mí un video de una tribu nómada en Mongolia en el que ayudan a una camella a dar a luz. Este es un grupo de familias que viven en tiendas de campañas y se mueven en caravanas utilizando camellos con los que atraviesan el desierto mongol. El grupo cuida de varios animales que les proporcionan no solo transportación sino que además son su fuente de alimento. En este documental, algunos de los integrantes del grupo participan en el nacimiento de un camello que estaba por llegar. Cuando finalmente nace, como era blanco, la madre lo rechazó, no quiso amamantarlo y se alejó de el. Había que ver cómo el recién nacido lloraba por el rechazo de su madre.

https://www.youtube.com/watch?v=cuLfnTqhFB8

La familia nómada ordeñaba a la madre camella acariciándola para luego darle la leche a su recién nacido usando un cuerno de búffalo. El grupo intentaba dar cariño al inconsolable animal, pero también pasaban la mano por el lomo a la madre que lo rechazaba. Ante el peligro de que el camellito muriera, una muchacha del grupo comenzó a cantar al tiempo que acariciaba la madre camella, mientras dejaban al hijito alejado y amarrado a cierta distancia para que no se acercara. Luego, buscaron a un violinista dentro del grupo para que como parte de un ritual, cambiarle la mente a la camella. Colgaron el violín en una de las jorobas de la madre por un buen rato. Luego tomaron el instrumento y se lo llevaron al violinista que empezó a tañir sus cuerdas. Al cabo de un tiempo escuchando el sonido del violín, una lágrima brotó de los ojos de la madre camella. Entonces le acercaron al camellito al que finalmente no rechazó mas, permitiéndole además amamantar sus pechos, mientras aquellos ojos aparentemente duros derramaban muchísimas lágrimas. Una historia real muy conmovedora.

Hay veces que eso mismo pasa entre las familias y entre personas que uno ama. Cuando hay distanciamiento entre dos personas, ambas están heridas, a cada una les duele y las dos necesitan amor y compasión. Los nómadas fueron sabios transmitiéndole amor tanto al camellito como a su madre. Por algún motivo ella lo rechazó y era necesario que ella lo aceptara. Solo cuando ella recibió el cariño, la aceptación y cuando se le proporcionó lo que necesitaba para relajarse, como fue el caso de la música, aquel animal cedió. Si esto sucede con los animales, qué no podrá suceder con nosotros.

Los juicios que se emiten sobre alguno o mas de los involucrados, los resentimientos, los comentarios parcializados, el orgullo, el egoismo, la falta de entendimiento y la falta de agradecimiento forman barreras entre las personas que impiden la reunificación entre  los seres queridos que se rechazan. Cuando hay distanciamiento entre familias o personas que se aman y de una forma u otra nosotros estamos al corriente de lo que pasa, nuestra labor es transmitirles amor a ambos. Al igual que el camellito tuvo la presencia de otros seres que le proporcionaron cariño y el alimento necesario para vivir, así mismo el que es rechazado necesita de otras personas que le den amor y compañía genuinas. La madre camella fue tratada con respeto, comprensión y verdadero amor. Ella necesitaba liberar su espíritu de algo que impedía lo que debería ser algo normal en una madre: la aceptación de un hijo. El que rechaza  a alguien está tan necesitado del cariño de los otros como aquel que es rechazado. Que este artículo sirva para llevarle luz a todos los que al igual que estos camelleros de Mongolia están sirviendo de intermediarios para lograr la reunificación entre aquellos que se han distanciado por conflictos entre ellos. No son ni los juicios que se emitan sobre cada cual, ni las críticas, ni las indirectas para hacerlos entrar en razones y mucho menos los golpes, la manipulación o el chantaje, sino la aceptación, el entendimiento y el amor que les brindemos el que proporcionará la respuesta de lo que se necesita para que se pueda lograr el cambio. En el caso de que no consiguiera la reconciliación entre aquellos enemistados, siga dándoles de su amor a cada cual por separado. Si alguno no deseara que usted se involucre o no quiere saber nada más de usted tampoco, aléjese y no lo juzgue, véalo con compasión y evite emitir opiniones o hacer comentarios destructivos. Y si usted tiene algo que agradecerle, piense en esa gratitud que le debe.  Puede que uno de los motivos por los que le haya rechazado también sea porque esté sufriendo una gran pena. Eleve su plegaria al cielo y ámelo para que con el tiempo, el amor remiende y cure a aquel que tiene el corazón hecho pedazos y no sabe cómo enmendarlo.

Para ver el video El Camello Que Llora, presione en este enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=cuLfnTqhFB8

Mother camel weeps

Mother camel weeps

The Weeping Camel

Camella acepta su camellito

El camello que llora

Camellito se alimenta de su madre

 

 

 

La zanahoria, el huevo y el café

CarrotEggCoffeeUna muchacha fue a donde su madre y le contó algo referente a una situación difícil que estaba atravesando. Le confesó que estaba cansada de luchar y luchar sin saber qué hacer con su vida. Parecía que cuando un problema terminaba, empezaba otro diferente.

Cuando la joven terminó, la madre la condujo a la cocina. Allí llenó tres cazuelas de agua y las puso al fuego. Cuando empezaron a hervir, a cada cazuela le agregó un ingrediente diferente.

A la primera le echó zanahorias picadas. A la segunda le puso huevos y a la tercera le tiró algunos granos de café. A cada una de ellas las dejó hervir por un rato.

Al cabo de veinte minutos apagó la hornilla, sacó las zanahorias y los huevos poniéndolos en diferentes platos. Después tomó un cucharón y llenó una taza con el agua de los granos de café de la última cazuela.

Dirigiéndose a su hija le preguntó qué veía.

“Zanahorias, huevos y café” fue la respuesta de la muchacha.

“Tócalas y dime como se sienten,” le dijo la madre acercándole el plato de zanahorias.

La jovencita comprobó que las zanahorias estaban suaves.

“Ahora rompe el huevo y dime cómo lo sientes.” Después de quitarle el cascarón la muchacha comprobó que el huevo hervido estaba duro.

“Y ahora prueba el café.” La joven sonrió mientras humeaba el agradable aroma y probaba el líquido.

“¿Qué quieres decirme con esto?” Le preguntó finalmente a su madre.

La enigmática mujer le respondió:

“Las zanahorias a pesar de haber sido duras y fuertes se han debilitado después de haber sido sometidas al fuego.” Hizo una pausa y agregó:

“El huevo por el contrario, siendo tan frágil, se endurece en el agua hirviendo.” Y continuó diciendo:

“Los granos de café sin embargo son diferentes por ser capaces de cambiar el color, el olor y el sabor del agua.”

Y agregó

“¿Con cuál de ellos te identificas,?” ¿Cómo enfrentas la vida cuando la adversidad toca a tu puerta? ¿Como una zanahoria, un huevo o un grano de café?”

 “Hazte estas preguntas y reflexiona:

¿Tengo un espíritu como el de una zanahoria que aparenta ser fuerte, pero cuando lo someten al fuego de la tentación, la calamidad o la desgracia se debilita? Si mi espíritu se hace tan débil y frágil, la fortaleza que hay en mí se pierde.

¿O es similar a lo que hay dentro de un huevo crudo, que muestra lo moldeable del corazón pero que cambia y se endurece y se llena de amarguras con el fuego del abandono, la muerte, la escasez financiera o cualquier otra prueba que me toque vivir?

¿O soy como un grano de café que cambia el agua caliente? El agua al hervir hace que del café se despida su fragancia y se deguste su sabor.

¿Sería capaz de ser como ese grano de café, capaz de transformar la esencia de aquellas circunstancias que causan dolor?”

Los momentos difíciles de la vida te servirán para sacar lo mejor de ti. No solo serás mejor que antes sino que tendrás la capacidad de cambiar tu entorno.

 En la adversidad, en las horas oscuras de la vida, en las pruebas difíciles, elévate a un nivel superior.